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FILOSOFIA

Qué es el Bien, qué es el Mal

Prof. Manuel Perez Martinez  |  22 de julio de 2015 (18:41 h.)

La pregunta de Eulogio es una pregunta metafísica, hecha al margen de la Historia, pues implica la premisa de que el Mal y el Bien son dos entidades corpóreas que existen más allá de la Historia humana, más allá de la física.
Por tanto su pregunta está formulada desde una perspectiva religiosa, pues las religiones es que han elaborado esos dogmas.

Manuel Perez Martinez 20150722_215955Si Eulogio hubiese formulado el contenido de esa pregunta, desde una perspectiva científica, hubiese preguntado del modo siguiente: ¿Desde cuándo el hombre comenzó a teorizar sobre el bien y el mal y desde cuándo comenzó a pautar conductas sobre esos conceptos?

La pregunta de Eulogio deja implícito de que el Bien y el Mal existen antes que el ser humano, y se antropoformiza la naturaleza y se llega a conceptualizar fuerzas de la naturaleza como producto del bien y del mal.

Ni la materia inorgánica ni las plantas ni los animales se mueven por conceptos, por valores.

La única materia que se mueve por conceptos, por valores, es la materia social, el ser humano, que es un animal evolucionado por el uso de instrumentos de trabajo, que fueron separándolo de su sola condición animal, que Desmond Morris analizó en su obra más famosa El mono desnudo (1967), como él calificaba al hombre desde una perspectiva estrictamente zoológica, diciendo que el hombre era un mono sin pelos.

Morris es un zoólogo británico que tiene hoy 87 años.

La guerra del fuego, fue separando a ese mono de su propia animalidad, cuando aprendió a producir el fuego, aprendizaje que fue acompañado de múltiples aprendizajes de uso de una prolongación de su cuerpo (instrumento de trabajo), ya sea para defenderse (coger una piedra para matar un animal que lo ataca o romper un coco para comer), para procurarse alimentos (tomar un palo para tumbar frutos, etc., etc). Pero cuando el ese homínido aprendió a reproducir el fuego, entonces comenzó otra etapa en su evolución social.

La evolución social nace en la propia manada, típica en la mayoría de los animales de una misma especie.

La primera forma de conciencia social que forma el hombre es la magia, ante tantos fenómenos inexplicables ese homo sapiens fabrica diferentes explicaciones mágicas. Por ejemplo, se bebe un vaso de sangre de león, antes de ir de cacería, para adquirir la fuerza y la destreza del león. Y esa creencia de que realmente él cree que adquirió esa fuerza por beberse la sangre del león, le da tanta seguridad en sí mismo y lo hace tan efectivo, que ese homo sapiens cree que es verdad, que esa sangre tiene ese poder.

Claro ese hombre no podía saber que ese era el secreto que hoy usa el hombre para domar a un león: ¡No sentir miedo! ¡Desde que usted siente miedo, segrega adrenalina y el león, al igual que otros animales huele la adrenalina y ya por eso saben que están frente a un animal más débil que ellos!

El hombre primitivo sacó esa idea de que la sangre tenía la fuerza del león, al ver que el león se moría desde que le salía mucha sangre.

Luego el hombre primitivo fue creando otra forma de conciencia social formando explicaciones religiosas, adorando cosas, objetos, animales, hasta llegar a adorar espíritus de viejos sabios de las comunidades.

Otro antropólogo, que ahora no recuerdo su nombre, escribió un libro sobre el origen del concepto de espíritu, alma, de algo más ligero que el cuerpo que viaja más rápido que el cuerpo, pues viaja 30 soles y 30 lunas en una sola noche: ¡La no explicación del sueño ese hombre primitivo la mistificó!

Pero es precisamente con los griegos que comienza la teoría sobre la moral, que es lo que llamamos Ética y en esa etapa de la Humanidad es que surge esta tercera forma de conciencia  social que llamamos Filosofía, donde la ética surge como núcleo central de la Filosofía, porque se trata de pautar la conducta humana, buscando los fundamentos esenciales que deben regir esa conducta y eso es lo que hacen Sócrates y Platón, ya que estos dos nombres no se pueden separar, debido a que Sócrates no escribió nada, precisamente para que no se cometa el error que está cometiendo Eulogio de cuasi dogmatizar a Sócrates, cuando dice lo siguiente:

"Sócrates que era tenido por un gran maestro declaraba su ignorancia sobre tales cosas". Dejando dicho con esa cita que lo que Sócrates dijera o no dijera se convertía en santa palabra.

Aristóteles fue más sociólogo y politólogo, que Platón, que desde la Filosofía quiso edificar un Estado aristocrático, mientras que Aristóteles propendió a la búsqueda de un Estado medio, estudiando  todas las constituciones de las polis griegas, las nuevas Ciudades-Estado, casi haciendo lo que Max Weber propuso más de 2 mil años después: ¡Construir un tipo ideal, que no tiene nada qué ver con el Estado ideal de Platón.

La moral de los pueblos es el insumo  de la Ética, que busca construir un conjunto de valores universales, que puedan pautar la conducta del ser humano en cualquier Estado-ciudad.

Pero al igual que toda forma de conciencia  social, la Ética y la moral son históricas, es decir que evolucionan y por tanto sus juicios no son absolutos, son históricos y por tanto están sometidos a la crítica presente y a la crítica terrible del tiempo que es implacable con los absolutismos ahistóricos.

Pero esto no nos puede llevar a caer en el relativismo, pues siempre existen verdades absolutas, como por ejemplo Eulogio Silverio existe, al igual como existen todos los que interactuamos, y con esto negamos el solipsismo ontológico, pero a veces, algunos reafirman el solipsismo gnoseológico, primero porque no admiten la crítica y la autocrítica y hasta se ofenden o se enemistan cuando lo critican; y segundo, porque, por esa misma base, se suponen infalibles y consideran que lo que piensan es verdad, por el simple hecho de que esa "verdad" se presenta tan evidente para su mente, que no  necesita ni  cuestionarla ni mucho menos someterla a la crítica de la realidad, de contrastarla y refutarla, como decía Kral Hempel, repitiendo a Marx, desde otro círculo, aunque fuera de Viena.

Muchos se quedan en ese enfoque cartesiano de la verdad como evidencia ante su propia mente.

Es por esto que se define la ciencia como una institución social, sin embargo, muchos abordan la Filosofía como una torre de marfil en la que se resguardan a salvo y se aíslan de la sociedad, o mejor dicho, pretenden aislarse de la sociedad, pues ni George Berkeley, con su disparate del solipsismo, logró separarse de la sociedad, pues aunque afirmaba que las cosas eran nudos de sensaciones, no  eran nudos de sensaciones cuando se comía un muslo  de pavo, y hasta un muslo de mujer, con el perdón de que era obispo, pero hoy hemos visto que hasta los arzobispos se comen no solo muslos de mujer, sino hasta de niños!!!

Supongo que esta pregunta Eulogio me la formula a mi, pero Eulogio no se atrevió a planteármela directamente, como sí hizo Flete.

El referente que puso Eulogio no fue mi persona, si no otra persona, del cual no he leído ese email al que se refiere Eulogio, pero lo  que sí  todo el mundo conoce es mi planteamiento sobre el Polo del Bien y el Polo del Mal aquí en la UASD y sus vasos comunicantes con políticos y sectores externos a la UASD.

Si era a mí que Eulogio se quería referir, entonces Eulogio buscaba ridiculizar mi planteamiento tergiversándolo con una pregunta que mi planteamiento niega in situs, pues no abordo lo del bien y el mal como entidades corpóreas, sino que planteo el problema de manera histórica, hasta con pelos y señales (nombres y apellidos de los personeros de inconductas y hasta señalo los momentos de inflexión de estas personas que cambiaron a un accionar mal, pues nadie nace malo ni bueno, cada quien se va haciendo su persona en su  accionar práctico-histórico, como decía John Locke, el hombre es una tabula rasa. Rousseau, en su obra Emilio dice que el hombre nace bueno o que es bueno por naturaleza y que la sociedad lo va dañando, y ahí compagina con Platón, en el filósofo innato.

La conjunción de fuerzas sociales que se organizan para combatirse entre sí y que unos representan intereses egoístas y dañinos (polos del mal, como los de Pedro Santana, Lilís, Trujillo, Balaguer, etc., etc.) y otros representan intereses de mayor alcance social, que históricamente están con la mayoría y entroncados a principios universales o de mayor alcance y no amarrados solo a un plato de comida (un sueldo, un carguito, una gran chupeta o un Félix Bautista o un inversionista en la UASD).

Los planteamientos históricos son imposibles de ridiculizar con preguntas metafísicas, que de entrada están fuera de toda racionalidad, porque están fuera de toda historia.

Manuel Pérez Martínez
Libre Pensador 
 
 

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