14:35 h. viernes, 19 de abril de 2024

FILOSOFIA

Fenomenología del Necio y la necedad

Prof. Cesar Cuello  |  23 de marzo de 2015 (18:08 h.)

    "Se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento" (Nicolás Boileau-Despréaux)

    La necedad es una condición cuasi patológica, obsesiva; es una especie de alienación que lleva al que la padece a vivir una realidad que solo existe en su cabeza.

Hay múltiples interpretaciones de la necedad y del Necio, basta con hacer una búsqueda en la Red para deleitarse leyendo lo que han escrito personas famosas y no famosas. Lo importante es que la condición de necedad lleva al Necio a ser inoportuno, a creerse que está siempre diciendo las grandes verdades, a creer que su verdad es la verdad absoluta y la medida de todas las cosas. El Necio no reconoce cuando su "cantaleta" cansa, repugna, hastía; el Necio sigue planteándola, machacando como si martillara una roca indomable.

El Necio no sabe cuándo parar, no tiene el don de la cordura, ignora donde está ubicado, se cree grande entre los grandes, se cree un triunfador, se cree que ha llegado cuando todavía  no ha siquiera emprendido el camino.

El Necio apena con su necedad. El Necio no se sabe ubicar, no conoce donde va una cosa y donde va la otra. El Necio no entiende que si en una institución alguien viola las reglas y la legalidad está mal el violador y está mal la institución que lo cobija y encubre; el Necio no entiende esto, es demasiado para El.

El Necio es un dogmático impenitente; es un pobre ciego que cree que "el elefante es alto y redondo como una torre que se mueve"(Ver: José Martí, Un paseo por la tierra de los anamitas) porque ha tocado una de sus patas. El Necio es un triste Quijote demencial que ve gigantes donde solo hay molinos de viento solitarios. El Necio empalaga con su necedad; sabe a medias algunas verdades y esto lo lleva a creerse sabio.

El Necio no entiende que el verdadero sabio no es el que cree que sabe mucho sino el que reconoce los límites de lo poco que sabe, o, como lo diría Sócrates: el que sabe que no sabe nada…El Necio no se reconoce como Necio, hasta que alguien muy cercano le dice: "`¡Oye viejo, ya, deja eso, que estas hastiando a la gente!"; "¡Este Foro es para argumentar con rigor académico, no para tus pedestres elucubraciones, respeta y ponte en tu lugar, no seas Necio!"

Hemeroteca