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“Los Juegos de Tomas”

Por: Adelso Reinoso  |  27 de noviembre de 2014 (20:53 h.)
Me encontraba como todas las mañanas camino a mi trabajo, ayer fue un día de mucho movimiento en la empresa, termine la jornada muy cansado, creo que llegare unos minutos más tarde. Pero es curioso mientras unos nos entregamos a nuestro trabajo otros toman su papel a la ligera. Que fácil no!!! Me decía a mí mismo mientras conducía. 

Al llegar a la oficina saludo a mis compañeros, y noto que muchos me saludan con cierta extrañeza como si de repente quisieran decirme algo. Al entrar a mi oficina observo que mis cosas están todas empacadas, es cuando me asusto y al salir a preguntar qué es lo que pasa veo una carta encima del escritorio: Humberto Cabrera estas despedido!!!.

-Que significa todo esto?...Pregunte a Mariela una de mis compañeras más cercanas. Con  lágrimas en sus ojos me dijo: lo lamento mucho Humberto pero don Julián ya no es nuestro jefe su hijo Tomas es ahora el gerente general y decidió despedir algunos empleados de la empresa. 

-Tomas? Pero si Tomas no tiene ni la mínima idea de cómo funcionan las cosas en gerencia, este es el peor error que ha cometido don  Julián. 

Después de haber brindado más de 10 años al servicio de esta empresa, Tomas!!! El niño mimado viene ahora a despedirme solo por presuntos caprichos de su inmadurez. Me dirigía a salir cuando en ese momento me encuentro de frente con El Señor Tomás quien se apresuró al verme y dijo:

-Si vienes a pedirme que te regrese a tu puesto no pierdas tu tiempo.
-Descuide no lo hare. Le dije, Al menos me voy con mi conciencia tranquila. Solo recuerda Tomas que tu padre ha trabajado mucho para poner en función esta empresa, no es un juego!!! Y me marche. 

A dos semanas de mi cancelación ya no era el único que me encontraba fuera de allí, los jueguito de Tomas seguían caminando como pólvora,  la empresa ya no era la empresa que su padre construyo, ahora era un centro para divertirse y hacer todo lo que se le antojara. Si sus empleadas no se acostaban con él eran despedida, y quienes se sometían a la tortura terminaban yéndose  por las burlas. Al cabo de dos meses la empresa era un cementerio en donde el único cadáver que tenía era el de Tomas. 

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