La edad es como diría Jean-Paul Sartre acerca de la muerte, “la venganza de los otros”. Los otros vengativos/as, son los vivos y en el caso que comento son los más jóvenes. Vivos y jóvenes, (además sanos/as) siempre en cada caso son aparentemente los más aventajados que el otro de más edad o enfermo/a, ni que decir frente al que ya es “cosa en sí” o cadáver.
Actuamos como si la edad, la enfermedad y la muerte no nos concernieran y celebramos irracionalmente y sin apostar a tareas de superación en todos los sentidos, la contingencia de estar vivos, todavía albergar más vida, y por ejemplo no padecer en el presente una enfermedad catastrófica.
Y los valores que nos rigen para amar de verdad en mucho están determinados por estas situaciones límites que a su vez alcanzaran a todo mortal, el cual en algún momento fue el/a “vengativo/a” y se convertirá’ inevitablemente en el “vengado/a”, si es que tiene la dicha de vivir mucho tiempo y/o no enfermar.
León Tolstoi, considerado un escritor pre-existencialista, también aludía a esto cuando señalaba que muy en el fondo de una subjetividad enmascarada y complicadamente anti-humanista añado, las personas se alegran frente a un cadáver incluso amado, de no ser ellos ese muerto del día (o el enfermo de cáncer, anciano/a etc.). Como siempre digo, y se ajusta al comentario, también acepto que “el infierno son los otros” condición absurda de la humanidad que hace mucho tiempo me ha obligado a ensayar un nuevo modelo de sujeto que de algún modo, escape dialógica, emocional y racionalmente a estas determinaciones biológicas, sociales, sicológicas que nos impiden vivir y amar sin prejuicios a humanos y humanas.
Pero quizás la realidad trágica de la condición humana que vivimos, (mucho más las mujeres y otros grupos, perdonen la necesaria mirada de género), no lo sea del todo, cuando, como es el caso de muchos de ustedes, se han hecho realidades algunas de las posibilidades anheladas de su proyecto existencial. Personalmente yo también me he realizado en mucho profesionalmente. He conocido el amor eros, la amistad verdadera y la felicidad en su relativa dimensión humana, además del vértigo y la angustia de la libertad no absoluta sino en situación que se vive en el mundo.
Deséenme este hermoso día, que pueda concluir las investigaciones ya en marcha, otra casi concluida, sobre la filosofía dominicana, filosofía y género (una introducción a la filosofía desde la perspectiva de género para las universidades del país) y la historia del feminismo dominicano. Es todo, gracias por sus buenos deseos, hoy día de mi cumpleaños, gracias a las personas que me aman como soy, a veces irascible ante la torpeza y la ignorancia osada del machismo y del hembrismo y de los/as que hablan sin los argumentos y fuerza que te dan’ el estudio diario.